METIENDIOXIPIROVALERONA (MDPV) : LA “DROGA CANIBAL”

18.07.2014 00:00

  La llamada "droga caníbal" , cloud 9 o  ivory wave, forma parte de las denominadas “sales de baño” (una clase de drogas de diseño que contienen sustancias químicas sintéticas relacionadas con la catinona ) que comenzó a circular por las calles principalmente a mediados de 2010 como un sustituto barato de la metanfetamina de calidad y, desde ese momento, su consumo no paró de crecer, sobre todo en los Estados Unidos y en algunos países europeos.  Su nombre real es metiendioxipirovalerona (MDPV) y provoca instintos suicidas, paranoia extrema, psicosis, mareos, taquicardia, bruxismo, nauseas, cólico nefrítico, fuertes espasmos y ataques violentos.

 

Esta droga tiene efectos muy prolongados en el tiempo –cinco miligramos de metiendioxipirovalerona pueden durar hasta siete días, habiéndose recogido casos con una duración de hasta 14 dias– y es extremadamente peligrosa tanto para el que la consume (que pierde la noción de su propio cuerpo, espacio y tiempo) como para los que se encuentran a su alrededor, porque además es frecuente y recurrente la paranoia del consumidor de que va a ser agredido.

 

Los primeros casos reportados  tuvieron lugar en Estados Unidos en 2012: el de Rudy Eugene, el caníbal que devoró el 75% del rostro de un indigente y tuvo que ser abatido por la policía de Miami para que detuviera  su ataque , y el de Pamela McCarthy, la madre que casi mata a su hijo de tres años. Estaban desnudos, espasmódicos, completamente fuera de si, gruñendo y sin reaccionar al dolor de los golpes que recibían para ser detenidos.

 

Los telediarios de todo el país emitieron estas noticias y comenzaron a surgir muchas más. En Milwaukee, una  mujer que había consumido sales devoró tres dedos del pie de su hijo. Al norte, un hombre mató y se comió trozos de su compañero de piso. En Panama City, en Florida, una mujer trató de decapitar a su madre. En esa misma ciudad, un hombre que fue detenido tras consumir de sales de baño, arrancó con sus dientes el asiento del coche policial.

 

Hace unos días un joven inglés aterrorizaba a los bañistas de la playa de Magaluf, en Mallorca, al intentar morderles y su video se propagó a gran velocidad por las redes sociales. Sorprendía absolutamente porque el joven parecía poseído, hicieron falta varios agentes de  Policía para reducirle, ya que estaba fuera de sí.  Durante la misma tarde se encontraron otros cuatro casos similares por la zona. En Ibiza, otro joven inglés atacaba a enfermeras y policías de manera muy violenta en un centro de salud de San Antonio.

 

 “Quien consume esta sustancia tienen una experiencia tan horrible que no vuelve a probarla”, explica el doctor Carlos Tejero, vocal de la Sociedad Española de Neurología. De hecho, durante un tiempo están en tratamiento porque al más mínimo síntoma de que pueden vivir algo similar entran en pánico, en una ansiedad permanente.


              Según explica Tejero, nuestro cerebro transmite información de una neurona a otra a través de la liberación de unas sustancias que impacta en los receptores. Para que no estén en constante estimulación, el cerebro hace un barrido y retira esa sustancia. “Pero esta droga inhibe ese proceso, la recaptación”.

 

El MPDV afecta a dos sustancias en concreto: dopamina y la noradrenalina. Alterar la segunda sustancia provoca aumentar la temperatura del cuerpo -por eso mucho de los afectados acaban desnudos-, acelera el corazón y la respiración, etc. En el caso de la dopamina, una sobredosis, puede provocar esquizofrenia, paranoia, alucinaciones. La MPVD, no puede ser detectada por los perros antidroga o por pruebas normales de orina (aunque es posible detectarla a partir de muestras de cabello).

 

En octubre del 2011, la Administración para el Control de los Estupefacientes (DEA) de los Estados Unidos colocó tres catinonas sintéticas comunes bajo prohibición de emergencia mientras realizaban más investigaciones sobre las mismas. Pero las sales de baño son una droga de diseño, lo que significa que hay docenas de compuestos químicos estrechamente relacionados que tienen efectos similares que los tres productos químicos prohibidos y por ello con “cambiar de ingredientes” pueden seguir produciendo. En 2010, el Consejo Asesor sobre el Abuso de Drogas prohibió más de 50 sustancias químicas diferentes similares a la mefedrona, methylone y methylenedioxypyrovalerone, pero sólo un par de días después los químicos crearon varios  productos con efectos similares no prohibidos por la ley.

 

VERONICA CALVO UZCUDUN. LIC. EN DERECHO Y LIC. EN CRIMINOLOGIA


 

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